No existe un prototipo de emprendedor. A uno le
debe gustar lo que uno hace, debe tener pasión por lo que hace. Se debe tener
iniciativa y reconocer la iniciativa de los demás. Un emprendedor debe estar
dispuesto a arriesgar más y recibir menos hoy, con la esperanza de arriesgar
menos y recibir más mañana. El emprendedor es capaz de enfrentar eficazmente
los desafíos que presenta el cambio constante, así como satisfacer a los
clientes por sobre lo que la competencia ofrece, y promover un enriquecimiento
del que todos ganan. Un emprendedor tiene un sentido de compromiso y
responsabilidad social y el cambio es parte de su naturaleza; busca adelantarse
al tiempo y tiene interés en agregarle valor a lo ya existente, mejorar e
innovar continuamente. No sólo tiene ideas brillantes, sino que requiere
ponerlas en práctica; no sólo las señala, sino que se compromete con ellas.
En este sentido, las principales funciones de un
emprendedor con relación a su empresa son:
- Buscar descubrir o encontrar nuevas informaciones;
- Traducir estas informaciones en nuevos mercados, técnicas o bienes;
- Buscar y descubrir oportunidades
- Evaluarlas;
- Conseguir recursos financieros necesarios para la empresa;
- Desarrollar cronogramas y metas;
- Definir responsabilidades de administración;
- Desarrollar el sistema motivacional de la empresa;
- Generar liderazgo para el grupo de trabajo;
- Definir riesgos.
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